El empate a cero hubiera sido un magnífico resultado, pero el 4-0 es sensiblemente mejor. Y lo mereció, quede claro. La superioridad del Real Madrid fue absoluta. A los cuatro minutos marcó Adebayor, a los 15 fue expulsado Crouch por dos fuertes entradas sin sentido a la defensa del Madrid. Bale fue el único jugador del Tottenham que no se sintió acomplejado en el Bernabéu y el escasísimo peligro que creó su equipo le tuvo como responsable. Ronaldo y Marcelo arriesgaron y salió más que bien. Kaká parecía volver a sus mejores tiempos, el MADRID volvía a sus mejores tiempos. El Bernabéu, volvió a ser el Bernabéu, ese campo que vió ganar nueve copas de europa, el de las noches mágicas; coreándo los nombres de "Manolito" (Adebayor) y José Mourinho, Marcelo...
